Fondare 113 Risultati per: frutos
Truene el mar y cuanto lo llena, cante el campo con todos sus frutos. (I Crónicas 16, 32)
Y ahora nosotros mismos somos esclavos; y en la tierra que tú diste a nuestros padres para que gozaran de sus frutos y sus bienes, en ella misma estamos sometidos a esclavitud. (Nehemías 9, 36)
Sus frutos van a parar a los reyes que tú nos has impuesto por nuestros pecados y que disponen a su gusto de nosotros y de nuestro ganado. ¡Qué inmensa es nuestra angustia! (Nehemías 9, 37)
a traer cada año al templo del Señor las primicias de nuestras cosechas y de los frutos de todos los árboles, (Nehemías 10, 36)
traer además a los sacerdotes, a las salas del templo de nuestro Dios, las primicias de nuestra harina, de los frutos de toda clase de árboles, del vino y del aceite; y dar la décima parte de nuestras cosechas a los levitas -los levitas mismos lo recogerán en todas las ciudades de nuestra labranza-. (Nehemías 10, 38)
y se lo entregaba a los sacerdotes, descendientes de Aarón, para el altar. A los levitas, que prestan sus servicios en Jerusalén, les entregaba la décima parte del trigo, del vino y del aceite, de las granadas, de los higos y de los otros frutos de los árboles. Otra décima parte la hacía dinero y lo distribuía cada año en Jerusalén. (Tobías 1, 7)
si comí sus frutos sin haberlos pagado o estrujé el alma de sus dueños, (Job 31, 39)
que sonrían los campos con sus frutos, que griten de alegría los árboles del bosque (Salmos 96, 12)
que devoraron toda la hierba del país y todos los frutos de sus campos. (Salmos 105, 35)
Siembran campos, plantan viñedos y recogen sus frutos abundantes. (Salmos 107, 37)
Les confirmamos la posesión de los territorios de Judea y de los tres distritos de Aferema, Lida y Ramatáyim. Son desmembrados de Samaría, pasando a Judea, junto con sus dependencias, en favor de todos los que van a ofrecer sacrificios en Jerusalén, y en lugar de los tributos que el rey percibía todos los años, hasta ahora, por los productos de la tierra y por los frutos de los árboles. (I Macabeos 11, 34)
Los habitantes cultivaban en paz sus propias tierras, la tierra producía sus cosechas y los árboles del campo daban frutos. (I Macabeos 14, 8)