Fondare 110 Risultati per: desgracia
Pues el Señor todopoderoso, que te había plantado, ha decretado contra ti la desgracia a causa de las iniquidades cometidas por la casa de Israel y la casa de Judá, que me han irritado quemando incienso a Baal". (Jeremías 11, 17)
y de ellos no quedará ni resto, cuando yo mande la desgracia sobre las gentes de Anatot, el año de mi visita". (Jeremías 11, 23)
El Señor ha dicho: ¿No te había yo empujado hacia el bien? ¿No he hecho yo que el enemigo te suplicase en el tiempo de la desgracia y de la angustia? (Jeremías 15, 11)
A pesar de todo, yo no te he insistido para que adelantases el desastre; no he deseado el día de la desgracia, tú lo sabes; lo que ha salido de mis labios está ante tu presencia. (Jeremías 17, 16)
No me seas causa de terror, tú, mi refugio, en el día de la desgracia. (Jeremías 17, 17)
Que sean cubiertos de vergüenza mis perseguidores, y no yo; queden ellos consternados, y no yo. Haz venir sobre ellos el día de la desgracia, destrózalos con doble destrozo. (Jeremías 17, 18)
Habla, pues, ahora a las gentes de Judá y a los habitantes de Jerusalén de esta manera: "Esto dice el Señor: Mirad, yo estoy preparando contra vosotros una desgracia y madurando un proyecto en daño vuestro. Arrepentíos cada uno de vuestra mala conducta, mejorad vuestra conducta, vuestra manera de actuar". (Jeremías 18, 11)
Dirás: Escuchad la palabra del Señor, reyes de Judá, y vosotros, habitantes de Jerusalén. Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Voy a traer sobre este pueblo una desgracia tal que el que lo oiga se quedará aturdido; (Jeremías 19, 3)
Por eso su camino va a ser para ellos despeñadero entre tinieblas; serán empujados y caerán en él. Voy a traer sobre ellos la desgracia el año en que tengan que rendir cuentas -dice el Señor-. (Jeremías 23, 12)
Pero no me habéis escuchado -dice el Señor-, sino que me habéis irritado con las obras de vuestras manos para desgracia vuestra. (Jeremías 25, 7)
Esto dice el Señor omnipotente: La desgracia va pasando de pueblo en pueblo, y una enorme tempestad se desencadena hasta los confines de la tierra. (Jeremías 25, 32)
Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado. (Jeremías 26, 13)