Fondare 35 Risultati per: clamor

  • Entretanto, y después de mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que seguían gimiendo bajo la dura esclavitud, clamaron, y su clamor, provocado por la esclavitud, subió hasta Dios. (Exodo 2, 23)

  • El Señor continuó: "He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído el clamor que le arranca su opresión y conozco sus angustias. (Exodo 3, 7)

  • El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí. He visto también la opresión con que los egipcios los tiranizan. (Exodo 3, 9)

  • He oído ahora el clamor de los israelitas, a quienes los egipcios tienen esclavizados, y me he acordado de mi pacto. (Exodo 6, 5)

  • En todo Egipto se oirá un clamor inmenso, como no lo hubo antes ni lo habrá después. (Exodo 11, 6)

  • Si maltratas, él clamará a mí y yo escucharé su clamor; (Exodo 22, 22)

  • Al clamor de los que salen a los abrevaderos, allí se celebran las gestas del Señor, las gestas de su dominio en Israel. bajó a las puertas). (Jueces 5, 11)

  • Oyeron los gritos los filisteos y preguntaron: "¿Qué significa este clamor tan grande en el campamento de los hebreos?". Y supieron que el arca del Señor había llegado al campamento. (I Samuel 4, 6)

  • La gente que no había muerto estaba afligida con tumores. El clamor de la ciudad llegaba hasta el cielo. (I Samuel 5, 12)

  • "Mañana a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín; tú le ungirás como jefe de mi pueblo Israel para que salve a mi pueblo de la mano de los filisteos, porque he visto la miseria de mi pueblo y su clamor ha llegado hasta mí". (I Samuel 9, 16)

  • Dios vino en su ayuda contra aquéllos, y los agareos y todos sus aliados cayeron en sus manos, pues en medio del combate invocaron el nombre de Dios, que escuchó su clamor por haber puesto en él su confianza. (I Crónicas 5, 20)

  • Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor junto al mar Rojo; (Nehemías 9, 9)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina