Fondare 48 Risultati per: celo
Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia, Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso. (Isaías 9, 6)
Yahveh, alzada está tu mano, pero no la ven; verán tu celo por el pueblo y se avergonzarán, tu ira ardiente devorará a tus adversarios. (Isaías 26, 11)
Pues saldrá un Resto de Jerusalén, y supervivientes del monte Sión; el celo de Yahveh Sebaot lo hará. (Isaías 37, 32)
Se puso la justicia como coraza y el casco de salvación en su cabeza. Se puso como túnica vestidos de venganza y se vistió el celo como un manto. (Isaías 59, 17)
observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso. ¿Dónde está tu celo y tu fuerza, la conmoción de tus entrañas? ¿Es que tus entrañas se han cerrado para mí? (Isaías 63, 15)
irrumpe en el desierto y en puro celo se bebe los vientos: su estro, ¿quién lo calmará? Cualquiera que la busca la topa, ¡bien acompañada la encuentra! (Jeremías 2, 24)
Mi cólera se desahogará y saciaré en ellos mi furor; me vengaré y sabrán entonces que yo, Yahveh, he hablado en mi celo, cuando desahogue mi furor en ellos. (Ezequiel 5, 13)
Y Yahveh se llenó de celo por su tierra, y tuvo piedad de su pueblo. (Joel 2, 18)
Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahveh, cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues él hará exterminio, ¡y terrorífico!, de todos los habitantes de la tierra. (Sofonías 1, 18)
Por eso, esperadme - oráculo de Yahveh - el día en que me levante como testigo, porque he decidido reunir a las naciones, congregar a los reinos, para derramar sobre vosotros mi enojo, todo el ardor de mi cólera. (Porque por el fuego de mi celo la tierra entera será devorada). (Sofonías 3, 8)
Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: «Clama y di: Así dice Yahveh Sebaot: Celoso estoy por Jerusalén y por Sión con gran celo, (Zacarías 1, 14)
Así dice Yahveh Sebaot: Con gran celo he celado a Sión, con gran ira la he celado. (Zacarías 8, 2)