Fondare 477 Risultati per: horno de fuego
Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. (Exodo 14, 24)
Él les dijo: "El Señor dice lo siguiente: Mañana es sábado, día de descanso consagrado al Señor. Cocinen al horno o hagan hervir la cantidad que ustedes quieran, y el resto guárdenlo para mañana". (Exodo 16, 23)
La montaña del Sinaí estaba cubierta de humo, porque el Señor había bajado a ella en el fuego. El humo se elevaba como el de un horno, y toda la montaña temblaba violentamente. (Exodo 19, 18)
Si un fuego se propaga y alcanza los matorrales, y así se destruye la cosecha ya amontonada o la que aún no había sido segada o el campo, el causante del incendio deberá indemnizar. (Exodo 22, 5)
El aspecto de la gloria del Señor era a los ojos de los israelitas como un fuego devorador sobre la cumbre de la montaña. (Exodo 24, 17)
Entonces les ordené: ‘El que tenga oro que se desprenda de él’. Ellos me lo trajeron, yo lo eché al fuego, y salió este ternero". (Exodo 32, 24)
Tampoco encenderán fuego en sus casas el día sábado. (Exodo 35, 3)
Porque durante el día, la nube del Señor estaba sobre la Morada, y durante la noche, un fuego brillaba en ella, a la vista de todo el pueblo de Israel. Esto sucedía en todas las etapas del camino. (Exodo 40, 38)
Entonces los hijos del sacerdote Aarón encenderán fuego en el altar, pondrán leña sobre el fuego (Levítico 1, 7)
Si presentas una oblación de alimentos cocidos al horno, la ofrenda será de harina de la mejor calidad, preparada en forma de panes sin levadura amasados con aceite, o de galletas sin levadura untadas con aceite. (Levítico 2, 4)
Si presentas al Señor una oblación de primicias, ofrecerás espigas tostadas al fuego o granos molidos de cereales recién maduros. (Levítico 2, 14)
Transmite esta orden a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual del holocausto que arde toda la noche sobre el altar, hasta la mañana siguiente, y por el cual el fuego del altar se mantiene encendido: (Levítico 6, 2)