Fondare 931 Risultati per: oro

  • Estas langostas se parecen a caballos aparejados para la guerra. Pareciera que tienen en la cabeza coronas de oro y rostros como de seres humanos; (Apocalipsis 9, 7)

  • Tocó el sexto ángel su trompeta. Entonces oí una voz que salía de las cuatro esquinas del altar de oro que está delante de Dios. (Apocalipsis 9, 13)

  • Pero los sobrevivientes, los que no fueron exterminados por estas plagas, no renunciaron a sus prácticas; continuaron adorando a los demonios, con esos ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, que no pueden ver, oír ni caminar. (Apocalipsis 9, 20)

  • Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Apocalipsis 12, 1)

  • Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas; (Apocalipsis 12, 3)

  • Entonces vi una bestia que sube del mar; tiene siete cabezas y diez cuernos, con diez coronas en los cuernos, y en las cabezas un título que ofende a Dios. (Apocalipsis 13, 1)

  • Un ruido retumbaba en el cielo, parecido al estruendo de las olas o al fragor del trueno: era como un coro de cantores que se acompañan tocando sus arpas. (Apocalipsis 14, 2)

  • Continuó la visión. Apareció una nube blanca y, sentado sobre la nube, uno como Hijo de Hombre, que llevaba una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano. (Apocalipsis 14, 14)

  • y salieron del Santuario los siete ángeles portadores de las siete plagas, vestidos de lino puro resplandeciente y ceñido su pecho con cinturones de oro. (Apocalipsis 15, 6)

  • Uno de los cuatro Vivientes entregó a los siete ángeles siete copas de oro llenas del furor de Dios, que vive por siglos sin fin. (Apocalipsis 15, 7)

  • Salió el primero, vació su copa sobre la tierra y se produjeron úlceras malignas y dolorosas en las personas que llevaban la marca de la bestia y se postraban ante su imagen. (Apocalipsis 16, 2)

  • La mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes, que eran las impurezas y la lujuria de la tierra entera. (Apocalipsis 17, 4)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina