Talált 258 Eredmények: todopoderoso/page/17

  • Abrán tenía noventa y nueve años cuando se le apareció el Señor y le dijo: "Yo soy Dios todopoderoso; procede según mi voluntad y sé perfecto. (Génesis 17, 1)

  • Que el Dios todopoderoso te bendiga y te haga tan fecundo y numeroso que llegues a ser una comunidad de pueblos. (Génesis 28, 3)

  • Y Dios le dijo: "Yo soy el Dios todopoderoso; sé fecundo y multiplícate. Un pueblo, un conjunto de naciones procederá de ti, y reyes saldrán de tus lomos. (Génesis 35, 11)

  • Que el Dios todopoderoso haga que aquel hombre sea benévolo con vosotros y os deje traer libre al otro hermano vuestro y a Benjamín. En cuanto a mí, si he de verme privado de mis hijos, que así sea". (Génesis 43, 14)

  • Jacob dijo a José: "El Dios todopoderoso se me apareció en Luz, en el país de Canaán, me bendijo y me dijo: (Génesis 48, 3)

  • El Dios de tu padre te ayuda, el todopoderoso te bendice: bendiciones que bajan del cielo, bendiciones que suben del abismo, bendiciones de pechos y seno, (Génesis 49, 25)

  • yo me aparecí a Abrahán, a Isaac y Jacob, como todopoderoso, pero no me di a conocer a ellos bajo mi nombre de Señor. (Exodo 6, 3)

  • oráculo del que oye la palabra de Dios. Ve lo que el todopoderoso le hace ver, cae en éxtasis y se abren sus ojos. (Números 24, 4)

  • oráculo del que oye las palabras de Dios, del que conoce la ciencia del altísimo, del que ve lo que el todopoderoso le hace ver, cae en éxtasis y se abren sus ojos. (Números 24, 16)

  • Ella decía: "No me llaméis Noemí; llamadme Mara, porque el todopoderoso me ha llenado de amargura. (Rut 1, 20)

  • Salí llena, y el Señor me devuelve vacía. ¿Por qué llamarme todavía Noemí, si el Señor me ha humillado tanto y el Todopoderoso me ha hecho desgraciada?". (Rut 1, 21)

  • Todos los años subía aquel hombre desde su ciudad a adorar y ofrecer sacrificios al Señor todopoderoso en Silo. Allí estaban los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, como sacerdotes del Señor. (I Samuel 1, 3)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina