Talált 89 Eredmények: soldados

  • presionándole para que le entregase al niño, con el fin de que reinara en el puesto de su padre. Lo puso al corriente de todo lo que había hecho Demetrio y del odio que le tenían sus soldados, y permaneció allí muchos días. (I Macabeos 11, 40)

  • De momento harás bien mandándome tropas, porque mis soldados me han abandonado". (I Macabeos 11, 43)

  • Jonatán supo que habían llegado a Quedes de Galilea algunos generales de Demetrio con numerosos soldados para impedirle continuar su empresa. (I Macabeos 11, 63)

  • Los soldados de Jonatán huyeron todos, excepto Matatías, hijo de Absalón, y Judas, hijo de Calfi, capitanes del ejército. (I Macabeos 11, 70)

  • Por eso lo recibió con honores, lo presentó a todos sus amigos, le hizo regalos y ordenó a sus amigos y soldados que le obedeciesen como a él mismo. (I Macabeos 12, 43)

  • Destacó en ella soldados judíos, la fortificó para seguridad de la nación y de la ciudad y levantó las murallas de Jerusalén. (I Macabeos 14, 37)

  • Antíoco acampó junto a Dora con ciento veinte mil soldados de infantería y ocho mil de caballería. (I Macabeos 15, 13)

  • mandó a sus soldados que mataran sin compasión a cuantos encontraran y a cuantos se refugiaran en las terrazas de las casas. (II Macabeos 5, 12)

  • No contento con esto, Antíoco envió al misarca Apolonio con un ejército de veintidós mil soldados, con orden de degollar a todos los de edad adulta y de vender las mujeres y los niños. (II Macabeos 5, 24)

  • y matar a todos los que fueron a presenciar el espectáculo. Los soldados recorrieron las calles y mataron una gran muchedumbre. (II Macabeos 5, 26)

  • Tolomeo designó a Nicanor, hijo de Patroclo, de los primeros amigos del rey; puso a sus órdenes más de veinte mil soldados de diversas naciones y le dio la orden de exterminar a toda la raza judía. Puso a su lado a Gorgias, caudillo militar que tenía experiencia en los asuntos de guerra. (II Macabeos 8, 9)

  • Pero los soldados del Macabeo, después de hacer súplicas y pedir al Señor que viniera a luchar a su lado, atacaron las fortalezas de los idumeos. (II Macabeos 10, 16)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina