Talált 374 Eredmények: hermano

  • Por medio de Silvano, a quien tengo por un fiel hermano vuestro, os he escrito estas pocas palabras para exhortaros y aseguraros que la gracia de Dios, en la cual vosotros os mantenéis firmes, es la verdadera (I Pedro 5, 12)

  • Tened en cuenta que la paciencia de nuestro Señor es nuestra salvación, como ya os lo escribió nuestro queridísimo hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le ha dado; (II Pedro 3, 15)

  • El que afirma que está en la luz y odia a su hermano está aún en las tinieblas. (I Juan 2, 9)

  • El que ama a su hermano está en la luz, y no hay en él ocasión alguna de caída. (I Juan 2, 10)

  • Pero el que odia a su hermano está en las tinieblas, anda en las tinieblas y no sabe adónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. (I Juan 2, 11)

  • En esto se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano. (I Juan 3, 10)

  • no como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. Y ¿por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. (I Juan 3, 12)

  • El que odia a su hermano es un homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene la vida eterna en sí mismo. (I Juan 3, 15)

  • Si alguno tiene bienes de este mundo, ve a su hermano en la necesidad y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede estar en él el amor de Dios? (I Juan 3, 17)

  • Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve. (I Juan 4, 20)

  • Éste es el mandamiento que hemos recibido de él: que el que ame a Dios, ame también a su hermano. (I Juan 4, 21)

  • Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que lleve a la muerte, rece por él, y Dios le dará la vida; esto lo digo para los pecados que no llevan a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; por éste no digo que recen. (I Juan 5, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina