Talált 164 Eredmények: efraín

  • Después de Abimelec surgió, para salvar a Israel, Tolá, hijo de Fuá, hijo de Dodó, de la tribu de Isacar. Habitaba en Samir, en la montaña de Efraín. (Jueces 10, 1)

  • Los amonitas pasaron el Jordán para combatir a Judá, a Benjamín y a la casa de Efraín, e Israel se vio en grave aprieto. (Jueces 10, 9)

  • Los de la tribu de Efraín se reunieron, pasaron a Safón y dijeron a Jefté: "¿Por qué fuiste a luchar contra los amonitas sin llamarnos para ir contigo? Vamos a prender fuego a tu casa y a ti". (Jueces 12, 1)

  • Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad, dio la batalla a Efraín, y los hombres de Galaad vencieron a los de Efraín. Los de Efraín decían que los de Galaad, que vivían entre Efraín y Manasés, eran fugitivos de Efraín. (Jueces 12, 4)

  • Los de Galaad quitaron a los de Efraín los vados del Jordán, y cuando los fugitivos de Efraín decían: "Dejadnos pasar", les preguntaban: "¿Eres tú de Efraín?". Si respondían: "No", (Jueces 12, 5)

  • le replicaban: "Di, entonces, sibbólet". Si él repetía sibbólet y no pronunciaba correctamente, lo agarraban y lo mataban en los vados del Jordán. En aquella ocasión murieron cuarenta y dos mil hombres de Efraín. (Jueces 12, 6)

  • Murió y fue sepultado en la tierra de Efraín, en el monte de Salín. (Jueces 12, 15)

  • Había un hombre en la montaña de Efraín llamado Micá, (Jueces 17, 1)

  • Salió de Belén de Judá para establecerse donde pudiese. En su caminar llegó a la montaña de Efraín, a casa de Micá. (Jueces 17, 8)

  • Los de Dan enviaron a cinco hombres valientes de Sorá y Estaol para reconocer la región y explorarla. Les dijeron: "Id a explorar la tierra". Los cinco hombres llegaron a la montaña de Efraín, a casa de Micá, y allí pasaron la noche. (Jueces 18, 2)

  • Desde allí pasaron a la montaña de Efraín y llegaron a casa de Micá. (Jueces 18, 13)

  • En aquel tiempo, cuando no había rey en Israel, un levita que vivía en la montaña de Efraín tomó por concubina a una mujer de Belén de Judá. (Jueces 19, 1)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina