Talált 373 Eredmények: siervo

  • «A su debido tiempo, envió un siervo a los labradores, para que le diesen parte del fruto de la viña. Pero los labradores, después de golpearle, le despacharon con las manos vacías. (Lucas 20, 10)

  • Volvió a enviar otro siervo, pero ellos, después de golpearle e insultarle, le despacharon con las manos vacías. (Lucas 20, 11)

  • y uno de ellos hirió al siervo del Sumo Sacerdote y le llevó la oreja derecha. (Lucas 22, 50)

  • «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. (Juan 13, 16)

  • No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. (Juan 15, 15)

  • Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. (Juan 15, 20)

  • Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. (Juan 18, 10)

  • El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando éste estaba resuelto a ponerle en libertad. (Hechos 3, 13)

  • Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades.» (Hechos 3, 26)

  • tú que has dicho por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David, tu siervo: ¿A qué esta agitación de las naciones, estos vanos proyectos de los pueblos? (Hechos 4, 25)

  • «Porque verdaderamente en esta ciudad se han aliado Herodes y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien has ungido , (Hechos 4, 27)

  • extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús.» (Hechos 4, 30)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina