Talált 202 Eredmények: fruto del vientre

  • Bendito será el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 4)

  • Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas. (Deuteronomio 28, 18)

  • El fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comerá un pueblo que no conoces. No serás más que un explotado y oprimido toda la vida. (Deuteronomio 28, 33)

  • Comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta destruirte; no te dejará trigo, mosto, ni aceite, ni los partos de tus vacas, ni las crías de tus ovejas, hasta acabar contigo. (Deuteronomio 28, 51)

  • Comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y tus hijas que te haya dado Yahveh tu Dios, en el asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo. (Deuteronomio 28, 53)

  • Yahveh tu Dios te hará prosperar en todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo. Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres, (Deuteronomio 30, 9)

  • Ehúd alargó su mano izquierda, cogió el puñal de su cadera derecha y se lo hundió en el vientre. (Jueces 3, 21)

  • Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana. (Jueces 3, 22)

  • Les respondió la higuera: "¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a vagar por encima de los árboles? (Jueces 9, 11)

  • le abrió todo su corazón y le dijo: «La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, porque soy nazir de Dios desde el vientre de mi madre. Si me rasuraran, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.» (Jueces 16, 17)

  • Pero no quiso apartarse y Abner le hirió en el vientre con el cuento de la lanza, saliéndole la lanza por detrás. Cayó y allí mismo murió. Todos cuantos llegaban al lugar donde Asahel cayó y murió se detenían. (II Samuel 2, 23)

  • Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en su mano; y éste le hirió en el vientre derramando sus entrañas en tierra. No tuvo que repetir para matarle. Luego Joab y su hermano Abisay continuaron la persecución de Seba, hijo de Bikrí. (II Samuel 20, 10)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina