Talált 108 Eredmények: fiesta de los tabernáculos
Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces él también subió no manifiestamente, sino de incógnito. (Juan 7, 10)
Los judíos, durante la fiesta, andaban buscándole y decían: «¿Dónde está ése?» (Juan 7, 11)
Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. (Juan 7, 14)
El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba (Juan 7, 37)
Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. (Juan 10, 22)
Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» (Juan 11, 56)
Al día siguiente, al enterarse la numerosa muchedumbre que había llegado para la fiesta, de que Jesús se dirigía a Jerusalén, (Juan 12, 12)
Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. (Juan 12, 20)
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. (Juan 13, 1)
Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. (Juan 13, 29)
E hicieron aquellos días un becerro y ofrecieron un sacrificio al ídolo e hicieron una fiesta a las obras de sus manos. (Hechos 7, 41)
Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y verdad. (I Corintios 5, 8)