Talált 46 Eredmények: exilio judío

  • Judas, llamado Macabeo, sus hermanos y el pueblo judío nos han enviado donde vosotros para concertar con vosotros alianza y paz y para que nos inscribáis en el número de vuestros aliados y amigos.» (I Macabeos 8, 20)

  • y le devolvió los prisioneros que anteriormente había capturado en el país de Judá. Partió luego para su tierra y no volvió más a territorio judío. (I Macabeos 9, 72)

  • A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino, le devuelvo la libertad sin rescate. Todos queden libres de tributo, incluso sobre sus ganados. (I Macabeos 10, 33)

  • «Jonatán, sumo sacerdote, el senado de la nación, los sacerdotes y el resto del pueblo judío saludan a sus hermanos los espartanos. (I Macabeos 12, 6)

  • No se podía ni celebrar el sábado, ni guardar las fiestas patrias, ni siquiera confesarse judío; (II Macabeos 6, 6)

  • y, además, que se haría judío y recorrería todos los lugares habitados para proclamar el poder de Dios. (II Macabeos 9, 17)

  • Pero Rodoco, uno del ejército judío, revelaba los secretos a los enemigos; fue buscado, capturado y ejecutado. (II Macabeos 13, 21)

  • en orden a dejar cada uno a su siervo o esclava hebreos libres dándoles la libertad de suerte que ningún judío fuera siervo de su hermano. (Jeremías 34, 9)

  • Al enterarse los babilonios, se enfurecieron mucho; se amotinaron contra el rey y dijeron: «El rey se ha hecho judío: ha destruido a Bel, ha matado a la serpiente, y a los sacerdotes los ha asesinado.» (Daniel 14, 28)

  • Así dice Yahveh Sebaot: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un judío diciendo: «Queremos ir con vosotros, porque hemos oído decir que Dios está con vosotros.» (Zacarías 8, 23)

  • Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. (Juan 3, 1)

  • Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. (Juan 3, 25)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina