Talált 169 Eredmények: culto a Baal
Que nadie os prive del premio a causa del gusto por ruines prácticas, del culto de los ángeles, obesionado por lo que vio, vanamente hinchado por su mente carnal, (Colosenses 2, 18)
el Adversario que se eleva sobre todo lo que que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el extremo de sentarse él mismo en el Santuario de Dios y proclamar que él mismo es Dios. (II Tesalonicenses 2, 4)
Doy gracias a Dios, a quien, como mis antepasados, rindo culto con una conciencia pura, cuando continuamente, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones. (II Timoteo 1, 3)
Estos dan culto en lo que es sombra y figura de realidades celestiales, según le fue revelado a Moisés al emprender la construcción de la Tienda. Pues dice: Mira, harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte. (Hebreos 8, 5)
Preparadas así estas cosas, los sacerdotes entran siempre en la primera parte de la Tienda para desempeñar las funciones del culto. (Hebreos 9, 6)
¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! (Hebreos 9, 14)
Igualmente roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto; (Hebreos 9, 21)
De otro modo, ¿no habrían cesado de ofrecerlos, al no tener ya conciencia de pecado los que ofrecen ese culto, una vez purificados? (Hebreos 10, 2)
Por eso, nosotros que recibimos un reino inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia, (Hebreos 12, 28)
Tenemos nosotros un altar del cual no tienen derecho a comer los que dan culto en la Tienda. (Hebreos 13, 10)
Al contrario, dad culto al Señor, Cristo, en vuestros corazones, siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. (I Pedro 3, 15)
Por esto están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su Santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. (Apocalipsis 7, 15)