Talált 138 Eredmények: Ramot-Galaad
Su territorio fue Yazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del país de los ammonitas hasta Aroer, que está enfrente de Rabbá, (Josué 13, 25)
la mitad de Galaad, Astarot y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán. Pasaron a ser de los hijos de Makir, hijo de Manasés, de la mitad de los hijos de Makir por clanes. (Josué 13, 31)
A la tribu de Manasés le correspondió suerte, porque era el primogénito de José: a Makir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, como era hombre de guerra, le tocó Galaad y Basán; (Josué 17, 1)
Pero Selofjad, hijo de Jéfer, hijo de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, no tenía hijos; sólo tenía hijas. Sus hijas se llamaban: Majlá, Noá, Joglá, Milká y Tirsá. (Josué 17, 3)
Tocaron a Manasés diez porciones además del país de Galaad y de Basán, situado en Transjordania, (Josué 17, 5)
pues las hijas de Manasés obtuvieron una heredad entre sus hijos. El país de Galaad pertenecía a los otros hijos de Manasés. (Josué 17, 6)
En Transjordania, al oriente de Jericó, se designó Béser, de la tribu de Rubén, en el desierto, en el llano; Ramot en Galaad, de la tribu de Gad, y Golán en Basán, de la tribu de Manasés. (Josué 20, 8)
De la tribu de Gad, como ciudad de asilo para los homicidas, Ramot en Galaad, y Majanáyim (Josué 21, 38)
Los rubenitas y los gaditas, con la media tribu de Manasés, se volvieron y dejaron a los israelitas en Silo, en la tierra de Canaán, para volver a la tierra de Galaad, tierra de su propiedad donde se habían establecido según la orden de Yahveh dada por medio de Moisés. (Josué 22, 9)
Los israelitas enviaron donde los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al país de Galaad, al sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar (Josué 22, 13)
Cuando llegaron donde los rubenitas, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, al país de Galaad, les hablaron así: (Josué 22, 15)
El sacerdote Pinjás, hijo de Eleazar, y los principales, dejando a los rubenitas y a los gaditas, volvieron del país de Galaad al de Canaán, a donde los israelitas, y les dieron la respuesta. (Josué 22, 32)