Talált 479 Eredmények: segundo libro de Samuel
En cambio, el joven Samuel iba creciendo, y era apreciado por Dios y por los hombres. (I Samuel 2, 26)
El joven Samuel servía al Señor en la presencia de Elí. La palabra del Señor era rara en aquellos días, y la visión no era frecuente. (I Samuel 3, 1)
La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. (I Samuel 3, 3)
El Señor llamó a Samuel, y él respondió: "Aquí estoy". (I Samuel 3, 4)
Samuel fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy, porque me has llamado". Pero Elí le dijo: "Yo no te llamé; vuelve a acostarte". Y él se fue a acostar. (I Samuel 3, 5)
El Señor llamó a Samuel una vez más. Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy, porque me has llamado". Elí le respondió: "Yo no te llamé, hijo mío; vuelve a acostarte". (I Samuel 3, 6)
Samuel aún no conocía al Señor, y la palabra del Señor todavía no le había sido revelada. (I Samuel 3, 7)
El Señor llamó a Samuel por tercera vez. Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: "Aquí estoy, porque me has llamado". Entonces Elí comprendió que era el Señor el que llamaba al joven, (I Samuel 3, 8)
y dijo a Samuel: "Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha". Y Samuel fue a acostarse en su sitio. (I Samuel 3, 9)
Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: "¡Samuel, Samuel!". Él respondió: "Habla, porque tu servidor escucha". (I Samuel 3, 10)
El Señor dijo a Samuel: "Mira, voy a hacer una cosa en Israel, que a todo el que la oiga le zumbarán los oídos. (I Samuel 3, 11)
Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Después abrió las puertas de la Casa del Señor, pero no se atrevía a contar la visión a Elí. (I Samuel 3, 15)