Talált 1606 Eredmények: no recibir en casa
He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en su propio nombre, a ese sí lo van a recibir. (Juan 5, 43)
Él se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en él. Porque el Espíritu no había sido dado todavía, ya que Jesús aún no había sido glorificado. (Juan 7, 39)
Y cada uno regresó a su casa. (Juan 7, 53)
El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. (Juan 8, 35)
Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. (Juan 11, 20)
Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que esta se levantaba de repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí. (Juan 11, 31)
Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en él. (Juan 11, 45)
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume. (Juan 12, 3)
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche. (Juan 13, 30)
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. (Juan 14, 2)
el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes. (Juan 14, 17)
Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Pero ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder así participar en la comida de Pascua. (Juan 18, 28)