Talált 407 Eredmények: templo judío
ríndanle al Señor la gloria de su nombre. Traigan la ofrenda y entren en su templo, (Salmos 96, 8)
y me postro ante tu Templo santo. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu palabra ha superado a tu renombre. (Salmos 138, 2)
¡Aleluya! Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento. (Salmos 150, 1)
la mesa de los panes ofrecidos, los vasos, las copas, los incensarios de oro, la cortina y las coronas, y arrancó todo el decorado, las molduras de oro que cubrían la entrada del Templo. (1 Macabeos 1, 22)
En el año ciento cuarenta y cinco, el día quince del mes de Casleu, Antíoco levantó, sobre el altar del templo, el «abominable ídolo de los invasores». Construyeron también altares a través de todo el país de Judea. (1 Macabeos 1, 54)
Los días veinticinco de cada mes ofrecían sus sacrificios en el altar nuevo que habían levantado sobre el altar del Templo. (1 Macabeos 1, 59)
Su templo ha quedado como hombre desprestigiado, (1 Macabeos 2, 8)
Cuando terminó de decir estas palabras, un judío se adelantó a la vista de todos para ofrecer incienso sobre el altar que se había construido en Modín, según el decreto del rey. (1 Macabeos 2, 23)
Luego instalaría extranjeros en todo el territorio judío, repartiendo la tierra entre ellos. (1 Macabeos 3, 36)
Jerusalén estaba sin habitantes, como un desierto. No había ninguno de sus hijos que entrara o saliera. El templo estaba profanado, y extranjeros vivían en la ciudad, que era entonces residencia de paganos. La alegría ya no existía en Jacob, ni la flauta ni la cítara se escuchaban. (1 Macabeos 3, 45)
Gorgias llegó de noche al campamento judío, donde no encontró a nadie. Comenzó entonces a buscarlos por los cerros, pensando: «Huyen de nosotros.» (1 Macabeos 4, 5)
Judas escogió hombres que combatieran a los de la Fortaleza mientras él purificaría el Templo. (1 Macabeos 4, 41)