Talált 719 Eredmények: seis días

  • ¡Pobres de las mujeres embarazadas o que estén criando en esos días! Porque una gran calamidad sobrevendrá al país y estallará sobre este pueblo la cólera de Dios. (Evangelio según San Lucas 21, 23)

  • Cuando supo que Jesús pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió, pues Herodes se hallaba también en Jerusalén por aquellos días. (Evangelio según San Lucas 23, 7)

  • Porque llegarán días en que se dirá: «Felices las mujeres que no tienen hijos. Felices las que no dieron a luz ni amamantaron.» (Evangelio según San Lucas 23, 29)

  • Uno de ellos, llamado Cleofás, le contestó: «¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos días?» (Evangelio según San Lucas 24, 18)

  • Nosotros pensábamos que él sería el que debía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días que sucedieron estas cosas. (Evangelio según San Lucas 24, 21)

  • Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. (Evangelio según San Juan 2, 1)

  • Había allí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. (Evangelio según San Juan 2, 6)

  • Jesús bajó después a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y permanecieron allí solamente algunos días. (Evangelio según San Juan 2, 12)

  • Jesús respondió: «Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días.» (Evangelio según San Juan 2, 19)

  • Ellos contestaron: «Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?» (Evangelio según San Juan 2, 20)

  • Cuando llegaron los samaritanos donde él, le pidieron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. (Evangelio según San Juan 4, 40)

  • Pasados los dos días, Jesús partió de allí para Galilea. (Evangelio según San Juan 4, 43)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina