Talált 108 Eredmények: falsos maestros
porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley. (Evangelio según San Mateo 7, 29)
Algunos maestros de la Ley pensaron: «¡Qué manera de burlarse de Dios!» (Evangelio según San Mateo 9, 3)
Entonces algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos verte hacer un milagro.» (Evangelio según San Mateo 12, 38)
Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús (Evangelio según San Mateo 15, 1)
A partir de ese día, Jesucristo comenzó a manifestar a sus discípulos que él debía ir a Jerusalén y que las autoridades judías, los sumos sacerdotes y los maestros de la Ley lo iban a hacer sufrir mucho. Que incluso debía ser muerto y que resucitaría al tercer día. (Evangelio según San Mateo 16, 21)
Los discípulos le preguntaron: «¿Por qué dicen los maestros de la Ley que Elías ha de venir primero?» (Evangelio según San Mateo 17, 10)
«Ya estamos subiendo a Jerusalén; el Hijo del Hombre va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la Ley, que lo condenarán a muerte. (Evangelio según San Mateo 20, 18)
Los sacerdotes principales y los maestros de la Ley vieron las cosas tan asombrosas que Jesús acababa de hacer y a los niños que clamaban en el Templo: «¡Hosanna al hijo de David!». Estaban furiosos (Evangelio según San Mateo 21, 15)
«Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. (Evangelio según San Mateo 23, 2)
Por lo tanto, ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo. (Evangelio según San Mateo 23, 13)
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! (Evangelio según San Mateo 23, 14)
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes pagan el diezmo hasta sobre la menta, el anís y el comino, pero no cumplen la Ley en lo que realmente tiene peso: la justicia, la misericordia y la fe. Ahí está lo que ustedes debían poner por obra, sin descartar lo otro. (Evangelio según San Mateo 23, 23)