Talált 2103 Eredmények: Jesús convierte agua en vino

  • De allí pasaron a Elim, donde había doce manantiales de agua y setenta palmeras. Allí acamparon junto a las aguas. (Exodo 15, 27)

  • Al salir la comunidad de Israel del desierto de Sin, dispusieron sus etapas según Yavé les ordenaba. Acamparon en Refidim donde el pueblo, sediento, no encontró agua. (Exodo 17, 1)

  • Le reclamaron a Moisés, diciendo: «Danos agua para beber.» Moisés les contestó: «¿Por qué me reclaman ustedes a mí?, ¿por qué tientan a Yavé?» (Exodo 17, 2)

  • Yo estaré allá delante de ti, sobre la roca. Golpearás la roca y de ella saldrá agua, y el pueblo tendrá para beber.» Moisés lo hizo así, en presencia de los jefes de Israel. (Exodo 17, 6)

  • y el otro se llamaba Eliezer, (porque dijo: El Dios de mi padre vino en mi ayuda y me libró de la espada de Faraón). (Exodo 18, 4)

  • Ustedes sólo servirán a Yavé, y yo bendeciré tu pan y tu agua, y apartaré de ti todas las enfermedades. (Exodo 23, 25)

  • Luego pedirás a Aarón y sus hijos que se acerquen a la entrada de la Tienda de las Citas y los lavarás con agua. (Exodo 29, 4)

  • Con el primer cordero ofrecerás una décima de medida de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite de oliva, y como libación, un cuarto de sextario de vino. (Exodo 29, 40)

  • No se ofrecerá sobre este altar incienso profano, ni holocausto, ni víctima, ni se derramará sobre él vino alguno. (Exodo 30, 9)

  • «Harás una pila de bronce con un pie de bronce para el lavatorio. La colocarás entre la Tienda de las Citas y el altar y se echará agua en ella (Exodo 30, 18)

  • para que Aarón y sus hijos se laven las manos y los pies. Que se laven con esta agua cuando entren a la Tienda de las Citas, no sea que mueran. (Exodo 30, 19)

  • Después tomó el ternero que habían fabricado, lo quemó y lo machacó hasta reducirlo a polvo. Y dio de beber al pueblo agua con este polvo mezclado. (Exodo 32, 20)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina