pronađen 134 Rezultati za: castigo por difamación
Ellos lo consultaron así de parte de Ezequías: «Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza. Los hijos están para nacer, y falta la fuerza para darlos a luz. (2 Reyes 19, 3)
así se iba preparando el castigo de Yavé contra Jerusalén y Judá, hasta que los echó lejos de su presencia. (2 Reyes 24, 20)
pues Yavé, nuestro Dios, nos castigó cuando, en su ausencia, no lo consultamos según está establecido.» (1 Crónicas 15, 13)
No consintió que nadie los maltratara y por ellos castigó a los reyes. (1 Crónicas 16, 21)
Esto desagradó a Yavé, por lo cual castigó a Israel. (1 Crónicas 21, 7)
Si viene sobre nosotros algún mal, espada, castigo, peste o hambre, nos presentaremos delante de esa Casa y delante de ti, porque tu Nombre reside en esta Casa. Clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás. (2 Crónicas 20, 9)
Y Yavé escuchó a Ezequías y no castigó al pueblo por este incumplimiento. (2 Crónicas 30, 20)
Además, ordeno lo siguiente: Si alguien se opone a esta ordenanza, le sacarán una viga de su casa y lo ahorcarán en ella, y su casa será reducida a un montón de escombros como castigo por su rebelión. (Esdras 6, 11)
También enterré a los que mató Senaquerib a su regreso de Judea, después del castigo que recibió del Rey del cielo, a causa de sus blasfemias. En su enojo, mató a muchos israelitas, y yo escondí sus cuerpos y los enterré. Senaquerib los buscó, pero no los encontró. (Tobías 1, 18)
¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Benditos todos sus ángeles! ¡Bendito sea su Nombre para siempre, porque me castigó, pero tuvo piedad, y ahora veo a mi hijo Tobías! (Tobías 11, 14)
Ya ves lo que hizo Nadab con Ajikar, que lo había criado: lo enterró vivo, pero Dios castigó su injusticia. Sacó a Ajikar a la luz y a Nadab lo bajó a las tinieblas eternas por haber intentado matarlo. Ajikar, por dar limosna, se libró de la muerte tramada por Nadab; en cambio, éste cayó en la trampa y pereció. (Tobías 14, 10)
Anda, pues, y apodérate de su territorio. Si se entregan a ti, guárdamelos para el día del castigo. (Judit 2, 10)