Trouvé 75 Résultats pour: segunda venida

  • Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que nadie os pueda reprochar nada el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Corintios 1, 8)

  • Lo dije entonces, en mi segunda visita, y lo vuelvo a decir ahora, lejos de vosotros, a los que pecaron antes, como a todos los demás; cuando vuelva no andaré con miramientos, (II Corintios 13, 2)

  • con su venida anunció la paz a los que estabais lejos y a los que estaban cerca; (Efesios 2, 17)

  • Así, cuando vaya por segunda vez a veros, tendréis un nuevo motivo de satisfacción en Cristo Jesús. (Filipenses 1, 26)

  • Y es que, ¿quién es en verdad nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra corona de gloria delante de nuestro Señor Jesucristo en el día de su venida? ¿Quién sino vosotros? (I Tesalonicenses 2, 19)

  • Ved, pues, lo que os decimos como palabra del Señor: nosotros, los vivos, los que estamos todavía en tiempo de la venida del Señor, no precederemos a los que murieron. (I Tesalonicenses 4, 15)

  • Después nosotros, los vivos, los que estemos hasta la venida del Señor, seremos arrebatados juntamente con ellos entre nubes por los aires al encuentro del Señor. Y ya estaremos siempre con el Señor. (I Tesalonicenses 4, 17)

  • Que el Dios de la paz os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea conservado irreprochablemente para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (I Tesalonicenses 5, 23)

  • Hermanos, respecto de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos (II Tesalonicenses 2, 1)

  • Entonces se manifestará el hombre de la iniquidad, a quien Jesús, el Señor, hará desaparecer con el soplo de su boca y aniquilará con el resplandor de su venida. (II Tesalonicenses 2, 8)

  • La venida de este hombre inicuo, en razón de la actividad de Satanás, irá acompañada de toda suerte de prodigios, de señales y de portentos engañosos, (II Tesalonicenses 2, 9)

  • sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida. (II Timoteo 4, 8)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina