Trouvé 33 Résultats pour: protección divina

  • por tanto, todos los que para ello se pongan en camino antes del 30 del mes de xántico contarán con nuestra protección y seguridad. (II Macabeos 11, 30)

  • que para sus elegidos hay gracia y misericordia, y para sus santos protección. (Sabiduría 4, 15)

  • La visita divina se extenderá a los ídolos de los gentiles, porque en la creación de Dios se han convertido en algo aborrecible, en escándalo para las almas de los hombres y en lazo para los pies de los necios. (Sabiduría 14, 11)

  • A la vista de estas insignias, el exterminador retrocedió asustado, pues era suficiente la simple experiencia de la ira divina. (Sabiduría 18, 25)

  • Entonces sus grillos serán para ti fuerte protección, sus argollas glorioso vestido. (Eclesiástico 6, 29)

  • Los ojos del Señor se posan sobre quienes lo aman: poderosa protección y fuerte apoyo, abrigo contra el viento abrasador y sombra contra el calor del mediodía, guarda contra el tropiezo y auxilio contra la caída. (Eclesiástico 34, 16)

  • ha caído la protección de Judá. Tú volviste los ojos aquel día al arsenal de la casa del bosque. (Isaías 22, 8)

  • a menos que se acojan a mi protección y hagan la paz conmigo; sí, la paz hagan conmigo. (Isaías 27, 5)

  • No siendo otra cosa que madera, dorada o plateada, fácilmente se puede deducir de aquí que no son más que mentira. Para todos, naciones y reyes, resultará claro que no son dioses, sino hechura de manos de hombres, y que en ellos no hay ninguna operación divina. (Baruc 6, 50)

  • En aquel día el Señor manifestará su protección a los habitantes de Jerusalén, y ocurrirá que los que se tambalean de entre ellos serán como David, y la casa de David será como Dios, como un ángel del Señor a su vista. (Zacarías 12, 8)

  • ¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud. (Malaquías 2, 15)

  • Cuando los indígenas vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: "Este hombre es ciertamente un asesino; se ha librado del mar, pero la justicia divina no le permite vivir". (Hechos 28, 4)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina