Trouvé 332 Résultats pour: lista de reyes

  • sino que siguió el camino de los reyes de Israel, y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado de delante de los israelitas. (II Reyes 16, 3)

  • El resto de la historia de todo lo que hizo Acaz está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 16, 19)

  • Hizo lo que es malo a los ojos del Señor, pero no tanto como los reyes de Israel que le habían precedido. (II Reyes 17, 2)

  • Habían seguido las costumbres de las gentes que el Señor había echado ante ellos, así como las que los reyes de Israel habían introducido. (II Reyes 17, 8)

  • Estás enterado de lo que los reyes de Asiria han hecho con todos los países, entregándolos al exterminio, y ¿vas a escapar tú? (II Reyes 19, 11)

  • Es cierto, ¡oh Señor!, los reyes de Asiria han desolado los pueblos y sus tierras; (II Reyes 19, 17)

  • El resto de la historia de Ezequías, sus hazañas y cómo construyó la alberca y el acueducto para conducir las aguas a la ciudad, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 20, 20)

  • El resto de la historia de Manasés, todo lo que hizo y el pecado que cometió está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 17)

  • El resto de la historia de Amón, todo lo que hizo, está escrito en el libro de los anales de los reyes de Judá. (II Reyes 21, 25)

  • Luego suprimió los sacerdotes idólatras que los reyes de Judá habían instituido y que habían quemado incienso en las colinas, en las ciudades de Judá y en los aledaños de Jerusalén; suprimió también a los que habían quemado incienso a Baal, al sol, a la luna, a los planetas y todos los astros del cielo. (II Reyes 23, 5)

  • Suprimió los caballos consagrados al sol por los reyes de Judá a la entrada del templo del Señor, cerca del aposento cuidado por el eunuco Natanmélec, en el atrio, y quemó el carro del sol. (II Reyes 23, 11)

  • Destruyó los altares que había sobre el terrado de la estancia superior de Acaz, construidos por los reyes de Judá, y los altares que Manasés había levantado en los dos atrios del templo del Señor; los hizo allí pedazos y arrojó el polvo al torrente Cedrón. (II Reyes 23, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina