Trouvé 758 Résultats pour: culto en espíritu y en verdad

  • Pero el rey le dijo: "No temas. ¿Qué has visto?". Y respondió: "He visto un espíritu que sube de la tierra". (I Samuel 28, 13)

  • Sí, Señor, tú eres Dios, tus palabras son verdad, y has hecho a tu siervo esta gran promesa. (II Samuel 7, 28)

  • El espíritu del Señor ha hablado por mí, y su palabra está en mi lengua. (II Samuel 23, 2)

  • La otra mujer replicó: "No es verdad, pues mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto". La primera decía: "No, tu hijo es el muerto, y mi hijo el vivo". De esta suerte disputaban delante del rey. (I Reyes 3, 22)

  • Pero si vosotros y vuestros hijos os apartáis de mí y no guardáis mis leyes y mandamientos, que yo os he prescrito; si os vais a servir y a dar culto a dioses ajenos, (I Reyes 9, 6)

  • y les responderán: Porque abandonaron al Señor, su Dios, que había sacado a sus padres de Egipto, y se fueron a servir y a dar culto a dioses ajenos; por eso ha traído sobre ellos tantos males". (I Reyes 9, 9)

  • y dijo al rey: "Realmente es verdad todo lo que yo había oído en mi tierra de tus obras y de tu sabiduría. (I Reyes 10, 6)

  • Salomón rindió culto a Astarté, diosa de los sidonios, y a Milcón, abominación de los amonitas. (I Reyes 11, 5)

  • La mujer dijo a Elías: "Ahora sí reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad". (I Reyes 17, 24)

  • Y va a suceder que, cuando yo me separe de ti, el espíritu del Señor te llevará a un lugar que yo no sé, y después de haber ido a dar la nueva a Ajab, él, al no encontrarte, me matará. Con todo, tu siervo teme al Señor desde su mocedad. (I Reyes 18, 12)

  • Elías replicó: "Yo no soy portador de desdichas de Israel; lo eres tú y la casa de tu padre, por haber abandonado los mandamientos del Señor y haber dado culto a los baales. (I Reyes 18, 18)

  • En verdad no hubo nadie que como Ajab se prestase a hacer lo que es malo a los ojos del Señor, a lo cual le incitaba su esposa Jezabel, (I Reyes 21, 25)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina