Trouvé 52 Résultats pour: pecador

  • Yo lo celebro en el país del destierro, y manifiesto su fuerza y su grandeza a un pueblo pecador. ¡Conviértanse, pecadores, y practiquen la justicia en su presencia! ¡Quién sabe si él no les será favorable y tendrá misericordia de ustedes! (Tobías 13, 8)

  • yo soy culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre. (Salmos 51, 7)

  • No teman las amenazas de un hombre pecador, porque su gloria acabará en podredumbre y gusanos; (I Macabeos 2, 62)

  • Si el justo es retribuido en la tierra, ¡cuánto más el malvado y el pecador! (Proverbios 11, 31)

  • La justicia preserva al que camina con integridad, pero la maldad arruina al pecador. (Proverbios 13, 6)

  • El hombre de bien deja una herencia a los hijos de sus hijos, pero la fortuna del pecador está reservada para el justo. (Proverbios 13, 22)

  • Porque al que es de su agrado él le da sabiduría, ciencia y alegría; al pecador, en cambio, lo ocupa en amontonar y atesorar para dárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2, 26)

  • Y yo encuentro más amarga que la muerte a la mujer, cuando ella misma es una trampa, su corazón, una red, y sus brazos, ataduras. Con el favor de Dios, uno puede librarse, pero el pecador se deja atrapar. (Eclesiastés 7, 26)

  • El pecador que hace cien veces el mal puede, a pesar de todo, vivir largo tiempo. Sin embargo, yo sé muy bien que la felicidad es para los que temen a Dios, porque ellos sienten temor en su presencia. (Eclesiastés 8, 12)

  • porque a todos les espera la misma suerte: al justo y al impío, al bueno y al malo, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece; lo mismo le pasa al bueno y al pecador, al que jura y al que teme hacer un juramento. (Eclesiastés 9, 2)

  • En los tesoros de la sabiduría están los enigmas de la ciencia, pero el pecador aborrece la religiosidad. (Eclesiástico 1, 25)

  • ¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos! (Eclesiástico 2, 12)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina