Trouvé 61 Résultats pour: versículos de Tobías

  • Tobías salió de casa de Ragüel bendiciendo a Dios, que había lTobado su viaje a un tan feliz éxito, y bendijo a Ragüel y a su esposa Edna. (Tobías 10, 14)

  • Rafael dijo a Tobías: «Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre; (Tobías 11, 2)

  • tuvo una corazonada y dijo a su marido: «Ya viene tu hijo con el hombre que lo acompañó.» Mientras iban de camino hacia el padre, Rafael dijo a Tobías: (Tobías 11, 6)

  • Tobías corrió hacia él, lTobando en la mano la hiel del pez; sopló sobre los ojos, lo abrazó, y le dijo: «Padre, ten confianza.» (Tobías 11, 11)

  • ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Benditos todos sus ángeles! ¡Bendito sea su Nombre para siempre, porque me castigó, pero tuvo piedad, y ahora veo a mi hijo Tobías! (Tobías 11, 14)

  • Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero, y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive. (Tobías 11, 15)

  • Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, es necesario que pagues su sueldo al hombre que te acompañó. (Tobías 12, 1)

  • Y debemos añadir algo más.» Respondió Tobías: «Padre, no es demasiado si le doy la mitad de lo que traje. (Tobías 12, 2)

  • Cuando estaba cercano a la muerte, llamó a Tobías y le dijo: (Tobías 14, 3)

  • Cuando murió su madre, Tobías la enterró junto a su padre. Entonces, él y su familia se dirigieron a Media y se quedaron a vivir en Ecbátana junto a Ragüel. (Tobías 14, 12)

  • Una parte pertenecía a Hircano, hijo de Tobías, personaje de muy alta posición, al que también alcanzaban estas calumnias. De todas maneras, el tesoro era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro. (2 Macabeos 3, 11)

  • «Recoge de manos de Helday, de Tobías y de Jedaya las ofrendas de los que han vuelto del destierro, y dirígete hoy mismo a casa de Josías, hijo de Sefanías, que ha regresado de Babilonia. (Zacarías 6, 10)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina