Trouvé 83 Résultats pour: Fariseos/page/6/page/2/page/6

  • Juan vio que un grupo de fariseos y de saduceos habían venido donde él bautizaba, y les dijo: «Raza de víboras, ¿cómo van a pensar que escaparán del castigo que se les viene encima? (Evangelio según San Mateo 3, 7)

  • Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los Fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos. (Evangelio según San Mateo 5, 20)

  • Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: «¿Cómo es que su Maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?» (Evangelio según San Mateo 9, 11)

  • Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: «Nosotros y los fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?» (Evangelio según San Mateo 9, 14)

  • En cambio, los fariseos comentaban: «Este echa a los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios.» (Evangelio según San Mateo 9, 34)

  • Al advertirlo unos fariseos, dijeron a Jesús: «Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido hacer en día sábado.» (Evangelio según San Mateo 12, 2)

  • Al salir, los fariseos planearon la manera de acabar con él. (Evangelio según San Mateo 12, 14)

  • Lo oyeron los fariseos y respondieron: «¡Este expulsa los demonios por obra de Beelzebú, príncipe de los demonios!» (Evangelio según San Mateo 12, 24)

  • Entonces algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos verte hacer un milagro.» (Evangelio según San Mateo 12, 38)

  • Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús (Evangelio según San Mateo 15, 1)

  • Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tu declaración?» (Evangelio según San Mateo 15, 12)

  • Los fariseos y los saduceos se acercaron a Jesús. Querían ponerlo en apuros, y le pidieron una señal milagrosa que viniera del Cielo. (Evangelio según San Mateo 16, 1)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina