Löydetty 62 Tulokset: muro de protección

  • Ozías lo llevó a su casa y ofreció un banquete a los ancianos. Pasaron toda la noche invocando la protección del Dios de Israel. (Judit 6, 21)

  • Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente, (Salmos 91, 1)

  • Fortificaron la ciudad de David con un muro grande y sólido, defendido con torres fuertes, y la convirtieron en ciudadela. (I Macabeos 1, 33)

  • El rey subió al monte Sión y, al ver las fortificaciones, rompió el juramento y mandó destruir el muro que lo cercaba. (I Macabeos 6, 62)

  • El año 153, en el segundo mes, Alcimo mandó derribar el muro del atrio interior del templo, destruyendo así la obra de los profetas. Ya se había comenzado a demoler, (I Macabeos 9, 54)

  • reconstruir las murallas de Jerusalén, levantar un muro entre la ciudadela y la ciudad, para separar aquélla de ésta y aislarla, de modo que los de dentro no pudieran comprar ni vender nada. (I Macabeos 12, 36)

  • Se reunieron para reconstruir la ciudad. Se había caído una parte del muro oriental sobre el torrente; Jonatán levantó aquella parte, y la llamó Cafenatá. (I Macabeos 12, 37)

  • Y el que a muchos había obligado a salir de la patria, pereció en tierra extranjera, entre los lacedemonios, en quienes pensaba encontrar protección en gracia de los lazos de familia. (II Macabeos 5, 9)

  • por tanto, todos los que para ello se pongan en camino antes del 30 del mes de xántico contarán con nuestra protección y seguridad. (II Macabeos 11, 30)

  • Pero con las prisas, no se hizo una herida mortal y, cuando los soldados estaban a punto de penetrar por las puertas, se arrastró valerosamente sobre el muro y se arrojó varonilmente encima de los soldados. (II Macabeos 14, 43)

  • y he aquí que eran todo ortigas, los cardos habían cubierto el suelo y el muro de piedras se había derrumbado. (Proverbios 24, 31)

  • El que cava una fosa cae en ella, al que destruye un muro le muerde la serpiente. (Eclesiastés 10, 8)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina