Löydetty 181 Tulokset: montaña
El ejército extranjero avanzó contra ellos en la llanura, pero habían dejado hombres en la montaña para tenderles una emboscada. Así, mientras el ejército avanzaba de frente, (I Macabeos 11, 68)
los que habitan en la montaña de Seír, los filisteos y el pueblo estúpido que mora en Siquén. (Eclesiástico 50, 26)
Porque es un día de consternación, de opresión y pánico por obra del Señor Dios todopoderoso. En el valle de la Visión los muros se desploman, y hasta la montaña llegan los gritos. (Isaías 22, 5)
El Señor todopoderoso brindará a todos los pueblos en esta montaña un festín de pingües manjares, un festín de vinos excelentes, de exquisitos manjares, de vinos refinados. (Isaías 25, 6)
Y quitará en esta montaña el velo que tapaba a todos los pueblos, el sudario que cubría a todas las naciones: (Isaías 25, 7)
Pues la mano del Señor reposa sobre esta montaña. Moab, en cambio, es pisoteado en su sitio, como se pisa la paja en el muladar. (Isaías 25, 10)
Y vendrán de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la llanura, de la montaña y del Negueb, trayendo holocaustos, sacrificios, ofrendas, incienso y sacrificios de acción de gracias al templo del Señor. (Jeremías 17, 26)
Sí, vendrá un día en que los centinelas gritarán en la montaña de Efraín: "¡Levantaos, subamos a Sión, hacia el Señor, nuestro Dios!". (Jeremías 31, 6)
Se comprarán campos por dinero, se redactarán contratos, se los sellará y se tomarán testigos en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, en las de la montaña, en las del llano y en las del Negueb; porque haré cambiar su suerte -dice el Señor-". (Jeremías 32, 44)
En las ciudades de la montaña, en las de la llanura, en las de Negueb, en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, pasará de nuevo el ganado por las manos de quien lo recuenta -dice el Señor-. (Jeremías 33, 13)
Aquí estoy contra ti, montaña destructora -dice el Señor-, que arrasas toda la tierra. Voy a extender mi mano contra ti, te haré rodar de lo alto de las rocas y te convertiré en monte calcinado. (Jeremías 51, 25)
"Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia la montaña de Seír y profetiza contra ella. (Ezequiel 35, 2)