Löydetty 25 Tulokset: misericordioso
Todos a una bendijeron a Dios misericordioso; y de tal forma cobraron ánimo y valor, que se sentían capaces de acometer no sólo a hombres, sino a fieras y aun a penetrar los muros de hierro. (II Macabeos 11, 9)
Cumplieron esta orden e invocaron a Dios misericordioso con gemidos, ayunos y oraciones en común durante tres días. Judas los arengó y dio orden de estar preparados. (II Macabeos 13, 12)
El hombre misericordioso será bendecido, porque da de su pan al pobre. (Proverbios 22, 9)
Porque el Señor es compasivo y misericordioso, borra el pecado y salva en el tiempo de la tribulación. (Eclesiástico 2, 11)
No digas: "Grande es su misericordia, perdonará la muchedumbre de mis pecados". Porque, aunque es misericordioso, también se enfurece y su furor descarga sobre los pecadores. (Eclesiástico 5, 6)
Invocaron a Dios misericordioso, tendiendo sus manos a él, y el Santo se apresuró a oírles desde el cielo y los libró por manos de Isaías. (Eclesiástico 48, 20)
el pueblo suplicaba al Señor altísimo, y al misericordioso dirigía sus plegarias hasta finalizar la ceremonia y terminar el acto de servicio cultual. (Eclesiástico 50, 19)
Vete, pues, a pronunciar estas palabras hacia el lado del norte. Dirás: Vuelve, rebelde Israel, dice el Señor. No apartaré mi rostro de vosotros, porque soy misericordioso, dice el Señor; no estaré airado eternamente. (Jeremías 3, 12)
desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos; volved al Señor, vuestro Dios, porque él es clemente y misericordioso, lento a la ira, lleno de lealtad y no le gusta hacer daño. (Joel 2, 13)
y se encaró así con el Señor: "Ah, Señor, ¿no lo decía yo ya cuando estaba todavía en mi tierra? ¿Y no fue por esto por lo que me apresuré a ir a Tarsis? Yo sabía que tú eres un Dios clemente, misericordioso y paciente, lleno de compasión y pronto a arrepentirte de las amenazas. (Jonás 4, 2)
Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso". (Lucas 6, 36)
Por lo cual debió hacerse en todo semejante a sus hermanos, para convertirse en sumo sacerdote misericordioso y fiel ante Dios, para alcanzar el perdón de los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)