Löydetty 19 Tulokset: mar de metal fundido

  • Bien pronto se han apartado del camino que yo les había trazado; han hecho un becerro fundido y lo han adorado; le han ofrecido sacrificios y han dicho: Israel, éste es tu Dios, el que te sacó de Egipto". (Exodo 32, 8)

  • No te fabricarás dios alguno de metal fundido. (Exodo 34, 17)

  • No os vayáis tras los ídolos, y no os hagáis dioses de metal fundido: yo, el Señor, vuestro Dios. (Levítico 19, 4)

  • Cuando hayáis pasado el Jordán hacia la tierra de Canaán, echaréis lejos de vosotros a todos los habitantes de la tierra, destruiréis todas sus estatuas de piedra e imágenes de metal fundido y destruiréis todas sus colinas sagradas. (Números 33, 52)

  • y me dijo: Levántate y baja rápido de aquí, porque tu pueblo, el que has sacado de Egipto, ha prevaricado: pronto se ha desviado del camino que yo le ordené y se han hecho una imagen de metal fundido. (Deuteronomio 9, 12)

  • Cuando vi que habíais pecado contra el Señor, vuestro Dios, y que os habíais hecho un becerro de metal fundido, apartándoos bien pronto del camino que os había señalado el Señor, (Deuteronomio 9, 16)

  • ¡Maldito el hombre que haga un ídolo tallado o fundido, cosa horrible para el Señor, obra de artífice, y lo ponga en lugar oculto! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 15)

  • Hizo dos capiteles de bronce fundido, para ponerlos sobre las columnas, ambos de dos metros y medio. (I Reyes 7, 16)

  • Abandonaron todos los preceptos del Señor, su Dios, se hicieron dos becerros de bronce fundido y un cipo sagrado y adoraron a todos los astros del cielo y a Baal. (II Reyes 17, 16)

  • Hizo dos querubines en metal forjado para el lugar santísimo, y los recubrió de oro. (II Crónicas 3, 10)

  • Ni cuando se fabricaron un becerro de metal fundido y dijeron: ¡Éste es tu dios, que te ha sacado de Egipto!, cometiendo graves blasfemias. (Nehemías 9, 18)

  • si estimas el oro como polvo, como guijarros de torrente el metal de Ofir, (Job 22, 24)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina