Löydetty 146 Tulokset: señal de Gedeón

  • «Hazte dos trompetas: las harás de plata maciza. Te servirán para convocar a la comunidad y dar la señal de mover el campamento. (Números 10, 2)

  • porque esos incensarios de pecado están consagrados a precio de la vida de esos hombres. Haced con ellos láminas de metal, para cubrir el altar, pues fueron presentados a Yahveh y consagrados. Serán una señal para los israelitas.» (Números 17, 3)

  • Entonces dijo Yahveh a Moisés: «Vuelve a poner la rama de Aarón delante del Testimonio, para guardarla como señal para los rebeldes: acabará con las murmuraciones, que no llegarán ya hasta mí, y así no morirán.» (Números 17, 25)

  • las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos; (Deuteronomio 6, 8)

  • Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas a vuestra mano como una señal, y sean como una insignia entre vuestros ojos. (Deuteronomio 11, 18)

  • Si surge en medio de ti un profeta o vidente en sueños, que te propone una señal o un prodigio, (Deuteronomio 13, 2)

  • y llega a realizarse la señal o el prodigio que te ha anunciado, y te dice: «Vamos en pos de otros dioses (que tú no conoces) a servirles», (Deuteronomio 13, 3)

  • Serán como una señal y un prodigio sobre ti y sobre tu descendencia para siempre. (Deuteronomio 28, 46)

  • Juradme, pues, ahora por Yahveh, ya que os he tratado con bondad, que vosotros también trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una señal segura; (Josué 2, 12)

  • para que sea esto una señal en medio de vosotros; cuando el día de mañana vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significan para vosotros estas piedras?", (Josué 4, 6)

  • Vino el Angel de Yahveh y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiézer. Su hijo Gedeón majaba trigo en el lagar para ocultárselo a Madián, (Jueces 6, 11)

  • Contestó Gedeón: «Perdón, señor mío. Si Yahveh está con nosotros ¿por qué nos ocurre todo esto? ¿Dónde están todos esos prodigios que nos cuentan nuestros padres cuando dicen: "¿No nos hizo subir Yahveh de Egipto?" Pero ahora Yahveh nos ha abandonado, nos ha entregado en manos de Madián...» (Jueces 6, 13)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina