Löydetty 188 Tulokset: morada

  • Porque nuestros padres han sido infieles haciendo lo malo a los ojos de Yahveh, nuestro Dios; le han abandonado, y apartando sus rostros de la Morada de Yahveh, le han vuelto la espalda. (II Crónicas 29, 6)

  • Después se levantaron los sacerdotes y los levitas, y bendijeron al pueblo; y fue oída su voz, y su oración penetró en el cielo, su santa morada. (II Crónicas 30, 27)

  • Yahveh, el Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su Morada. (II Crónicas 36, 15)

  • Y el Dios que ha puesto allí la morada de su Nombre, aplaste a todo aquel rey o pueblo que trate de transgredir esto, destruyendo esa Casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, he promulgado este decreto. Sea ejecutado exactamente.» (Esdras 6, 12)

  • y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, (Esdras 7, 15)

  • pero si, volviéndoos a mí guardáis mis mandamientos y los ponéis en práctica, aunque vuestros desterrados estuvieron en los confines de los cielos, yo los reuniré de allí y los conduciré de nuevo al Lugar que he elegido para morada de mi Nombre." (Nehemías 1, 9)

  • Siendo yo joven todavía y estando en mi país, en la tierra de Israel, toda la tribu de mi padre Neftalí se apartó de la casa de David y de Jerusalén, la ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer allí sacrificios y en la que había sido edificado y consagrado, para todas las generaciones venideras, el Templo de la Morada del Altísimo. (Tobías 1, 4)

  • Yo mismo he visto al insensato echar raíces, y sin tardar he maldecido su morada: (Job 5, 3)

  • Sabrás que tu tienda está a cubierto, nada echarás en falta cuando revises tu morada. (Job 5, 24)

  • si eres irreprochable y recto, desde ahora él velará sobre ti y restaurará tu morada de justicia. (Job 8, 6)

  • Se apoya en su morada, y no le aguanta, se agarra a ella y no resiste. (Job 8, 15)

  • Se ocupa su tienda, ya no suya, se esparce azufre en su morada. (Job 18, 15)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina