Löydetty 388 Tulokset: ejército de madián

  • El rey se levantó de madrugada y puso en marcha el ejército con todo su ímpetu por el camino de Bet Zacaría. Los ejércitos se dispusieron para entrar en batalla y se tocaron las trompetas. (I Macabeos 6, 33)

  • Al resto de la caballería el rey lo colocó a un lado y otro, en los flancos del ejército, con la misión de hostigar al enemigo y proteger las falanges. (I Macabeos 6, 38)

  • Una parte del ejército real se desplegó por las alturas de los montes, mientras algunos lo hicieron por el llano; y avanzaban con seguridad y buen orden. (I Macabeos 6, 40)

  • Se estremecían todos los que oían el griterío de aquella muchedumbre y el estruendo que levantaba al marchar y entrechocar las armas; era, en efecto, un ejército muy grande y fuerte. (I Macabeos 6, 41)

  • Judas y su ejército se adelantaron para entrar en batalla, y sucumbieron seiscientos hombres del ejército real. (I Macabeos 6, 42)

  • El ejército real subió a Jerusalén, al encuentro de los judíos, y el rey acampó contra Judea y contra el monte Sión. (I Macabeos 6, 48)

  • Entonces se apresuró a señalar la conveniencia de volverse, diciendo al rey, a los capitanes del ejército y a la tropa: «De día en día venimos a menos; las provisiones faltan; la plaza que asediamos está bien fortificada y los negocios del reino nos urgen. (I Macabeos 6, 57)

  • Cuando se disponía a entrar en la residencia real de sus padres, el ejército apresó a Antíoco y a Lisias para llevarlos a su presencia. (I Macabeos 7, 2)

  • El ejército los mató y Demetrio se sentó en su trono real. (I Macabeos 7, 4)

  • Partieron con un ejército numeroso y en llegando a la tierra de Judá, enviaron mensajeros a Judas y sus hermanos con falsas proposiciones de paz. (I Macabeos 7, 10)

  • Pero éstos no hicieron caso de sus palabras, porque vieron que habían venido con un ejército numeroso. (I Macabeos 7, 11)

  • pues decían: «Un sacerdote del linaje de Aarón ha venido con el ejército: no nos hará ningún mal.» (I Macabeos 7, 14)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina