Löydetty 329 Tulokset: Carne
vosotros que odiáis el bien y amáis el mal, (que les arrancáis la piel de encima, y la carne de sobre sus huesos?) (Miqueas 3, 2)
Los que han comido la carne de mi pueblo y han desollado su piel y quebrado sus huesos, los que le han despedazado como carne en la caldera, como vianda dentro de una olla, (Miqueas 3, 3)
Yo pondré a los hombres en aprieto, y ellos como ciegos andarán, (porque pecaron contra Yahveh); su sangre será derramada como polvo, y su carne como excremento. (Sofonías 1, 17)
«Si alguien lleva carne sagrada en el halda de su vestido, y toca con su halda pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida, ¿quedará ésta santificada?» Respondieron los sacerdotes y dijeron: «No.» (Ageo 2, 12)
¡Silencio, toda carne, delante de Yahveh, porque él se despierta de su santa Morada! (Zacarías 2, 17)
Pues he aquí que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará. (Zacarías 11, 16)
Y ésta será la plaga con que herirá Yahveh a todos los pueblos que hayan hecho la guerra a Jerusalén: pudrirá su carne estando ellos todavía en pie, sus ojos se pudrirán en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en su boca. (Zacarías 14, 12)
¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la esposa de tu juventud. (Malaquías 2, 15)
Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo 16, 17)
y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? (Mateo 19, 5)
De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.» (Mateo 19, 6)
Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.» (Mateo 26, 41)