Löydetty 28 Tulokset: universo

  • Tobías salió feliz y contento de la casa de Ragüel, bendiciendo al Señor del cielo y de la tierra, el Rey del universo, por el buen resultado de su viaje. Ragüel le dijo: "¡Ojalá puedas honrar a tus padres todos los días de su vida!". (Tobías 10, 14)

  • Que no queden defraudados por mi culpa los que esperan en ti, Señor del universo; que no queden humillados por mi causa los que te buscan, Dios de Israel. (Salmos 69, 7)

  • ¡Qué amable es tu Morada, Señor del Universo! (Salmos 84, 2)

  • Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones, junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. (Salmos 84, 4)

  • Señor del universo, oye mi plegaria, escucha, Dios de Jacob; Pausa (Salmos 84, 9)

  • ¡Señor del universo, feliz el hombre que confía en ti! (Salmos 84, 13)

  • Señor, Dios del universo, ¿hay alguien como tú? Tú eres fuerte y estás rodeado de fidelidad. (Salmos 89, 9)

  • El Señor puso su trono en el cielo, y su realeza gobierna el universo. (Salmos 103, 19)

  • Y cuando estaba por dar el último suspiro, dijo: "Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes". (II Macabeos 7, 9)

  • Pero sé que el Creador del universo, el que plasmó al hombre en su nacimiento y determinó el origen de todas las cosas, les devolverá misericordiosamente el espíritu y la vida, ya que ustedes se olvidan ahora de sí mismos por amor de sus leyes". (II Macabeos 7, 23)

  • Judas y sus compañeros -después de invocar al supremo Señor del universo que, sin arietes ni máquinas de guerra, derribó a Jericó en tiempos de Josué- asaltaron ferozmente la muralla. (II Macabeos 12, 15)

  • Judas, dejándolo todo en manos del Creador del universo, exhortó a sus compañeros a luchar valerosamente hasta la muerte por las leyes, el Santuario, la ciudad, la patria y las instituciones. Luego acampó en las inmediaciones de Modín. (II Macabeos 13, 14)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina