Löydetty 41 Tulokset: tierras altas
Luego David añadió: "No tengas miedo. Quiero darte una prueba de fidelidad, por amor a tu padre Jonatán. Voy a devolverte todas las tierras de tu antepasado Saúl, y tú compartirás siempre la mesa conmigo". (II Samuel 9, 7)
El rey le respondió: "¿Para qué vas a añadir nuevas razones? Ya lo he decidido: tú y Sibá se repartirán las tierras". (II Samuel 19, 30)
Partieron de Madián y llegaron a Parán, donde se les agregaron algunos hombres de Parán. Luego entraron en Egipto y se presentaron ante el Faraón, rey de Egipto, que dio a Hadad una casa, le aseguró el sustento y le concedió tierras. (I Reyes 11, 18)
Ezrí, hijo de Quelub, el encargado de los agricultores que trabajaban las tierras. (I Crónicas 27, 26)
Mira ahora a los amonitas, a los moabitas y a los de las montañas de Seír: tú no permitiste que Israel entrara en sus tierras cuando salía de Egipto, y por eso él se apartó de ellos y no los destruyó. (II Crónicas 20, 10)
Cuando informaron a Holofernes, general en jefe del ejército de Asiria, que los israelitas se habían preparado para la guerra, y habían bloqueado los desfiladeros de la montaña, fortificando todas las cimas de las altas montañas y levantando parapetos en las llanuras, (Judit 5, 1)
Al ver aquella multitud, los israelitas quedaron despavoridos y se decían unos a otros: "Estos van a arrasar ahora toda la superficie de la tierra: ni las más altas montañas, ni los barrancos, ni las colinas podrán soportar su peso". (Judit 7, 4)
Mira hacia el cielo y contempla, observa las nubes: ¡son más altas que tú! (Job 35, 5)
Tu justicia es como las altas montañas, tus juicios, como un océano inmenso. Tú socorres a los hombres y a las bestias: (Salmos 36, 7)
la tumba es su residencia perpetua, su morada por los siglos de los siglos, por más que hayan poseído muchas tierras. (Salmos 49, 12)
Porque son mías todas las fieras de la selva, y también el ganado de las montañas más altas. (Salmos 50, 10)
Los que habitan en las tierras más lejanas temen tus obras prodigiosas; tú haces que canten de alegría el oriente y el occidente. (Salmos 65, 9)