Löydetty 7501 Tulokset: temor del Señor
Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna. (Judas 1, 21)
al único Dios que es nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, el honor, la fuerza y el poder, desde antes de todos los tiempos, ahora y para siempre. Amén. (Judas 1, 25)
Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso. (Apocalipsis 1, 8)
El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: (Apocalipsis 1, 10)
Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tenía seis alas y estaba lleno de ojos por dentro y por fuera. Y repetían sin cesar, día y noche: «Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, el que es y el que viene». (Apocalipsis 4, 8)
«Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder. Porque has creado todas las cosas: ellas existen y fueron creadas por tu voluntad». (Apocalipsis 4, 11)
Ellas clamaban a voz en cuello: «¿Hasta cuándo, Señor santo y verdadero, tardarás en hacer justicia y en vengar nuestra sangre sobre los habitantes de la tierra?». (Apocalipsis 6, 10)
Yo le respondí: «Tú lo sabes, señor». Y él me dijo: «Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero. (Apocalipsis 7, 14)
Estos dos testigos son los dos olivos y los dos candelabros que están delante del Señor de la tierra. (Apocalipsis 11, 4)
Sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran Ciudad -llamada simbólicamente Sodoma y también Egipto- allí mismo donde el Señor fue crucificado. (Apocalipsis 11, 8)
Pero después de estos tres días y medio, un soplo de vida de Diosentró en ellos y los hizo poner de pie, y un gran temor se apoderó de los espectadores. (Apocalipsis 11, 11)
Cuando el séptimo Ángel tocó la trompeta, resonaron en el cielo unas voces potentes que decían: «El dominio del mundo ha pasado a manos de nuestro Señor y de su Mesías, y él reinará por los siglos de los siglos». (Apocalipsis 11, 15)