Löydetty 49 Tulokset: santidad sacerdotal

  • lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda nuestra vida. (Lucas 1, 75)

  • Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: «Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre? (Hechos 3, 12)

  • Voy a hablarles de una manera humana, teniendo en cuenta la debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos esclavos de la impureza y del desorden hasta llegar a sus excesos, pónganlos ahora al servicio de la justicia para alcanzar la santidad. (Romanos 6, 19)

  • Ahora, en cambio, ustedes están libres del pecado y sometidos a Dios: el fruto de esto es la santidad y su resultado, la Vida eterna. (Romanos 6, 22)

  • Este es para nosotros un motivo de orgullo: el testimonio que nos da nuestra conciencia de que siempre, y particularmente en relación con ustedes, nos hemos comportado con la santidad y la sinceridad que proceden de Dios, movidos, no por una sabiduría puramente humana, sino por la gracia de Dios. (II Corintios 1, 12)

  • y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera santidad. (Efesios 4, 24)

  • Que él fortalezca sus corazones en la santidad y los haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre, el Día de la Venida del Señor Jesús con todos sus santos. Amén. (I Tesalonicenses 3, 13)

  • que cada uno sepa usar de su cuerpo con santidad y respeto, (I Tesalonicenses 4, 4)

  • Dios, en efecto, no nos llamó a la impureza, sino a la santidad. (I Tesalonicenses 4, 7)

  • Pero la mujer se salvará, cumpliendo sus deberes de madre, a condición de que persevere en la fe, en el amor y en la santidad, con la debida discreción. (I Timoteo 2, 15)

  • Porque nuestros padres sólo nos corrigen por un breve tiempo y de acuerdo con su criterio. Dios, en cambio, nos corrige para nuestro bien, a fin de comunicarnos su santidad. (Hebreos 12, 10)

  • e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. (Apocalipsis 1, 6)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina