Löydetty 63 Tulokset: muro de protección

  • ¿Hasta cuándo se ensañarán con un hombre para derribarlo entre todos, como si fuera un muro inclinado o un cerco que está por derrumbarse? (Salmos 62, 4)

  • El Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. (Salmos 118, 14)

  • Ordenó a los constructores que reconstruyeran las murallas y que rodearan el monte Sión con un muro de piedras talladas, y así lo hicieron. (I Macabeos 10, 11)

  • También resolvió elevar las murallas de Jerusalén y levantar un gran muro entre la Ciudadela y el resto de la ciudad, a fin de separarlas, de manera que la Ciudadela quedara aislada y sus habitantes no pudieran comprar ni vender. (I Macabeos 12, 36)

  • Otros, igualmente, escalaban el muro para atacar a los sitiados por el lado opuesto, prendían fuego a las torres y, encendiendo hogueras, quemaban vivos a los blasfemos. Otros, mientras tanto, derribaron las puertas y, abriendo paso al resto del ejército, se apoderaron de la ciudad. (II Macabeos 10, 36)

  • Al amanecer, ya todo había terminado, gracias a la protección que el Señor había brindado a Judas. (II Macabeos 13, 17)

  • Pero, por lo precipitado del ataque, no acertó el golpe, y como las tropas ya se abrían paso a través de las puertas, subió valerosamente a lo alto del muro y se arrojó con intrepidez sobre la multitud. (II Macabeos 14, 43)

  • Judas mandó colgar de la Ciudadela la cabeza de Nicanor, como un signo manifiesto y visible a todos de la protección del Señor. (II Macabeos 15, 35)

  • La fortuna del rico es su plaza fuerte, se la imagina como un muro inexpugnable. (Proverbios 18, 11)

  • Mi amado es como una gacela, como un ciervo joven. Ahí está: se detiene detrás de nuestro muro; mira por la ventana, espía por el enrejado. (Cantar 2, 9)

  • Un corazón apoyado en una reflexión inteligente es como el estuco que adorna un muro bien pulido. (Eclesiástico 22, 17)

  • contra todas las altas torres, contra todo muro fortificado, (Isaías 2, 15)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina