Löydetty 111 Tulokset: familias

  • Después tomó como rehenes a los hijos de las principales familias del país y los puso bajo custodia en la Ciudadela de Jerusalén. (I Macabeos 9, 53)

  • los de la Ciudadela entregaron los rehenes a Jonatán, el cual los devolvió a sus familias. (I Macabeos 10, 9)

  • Porque ahora voy a convocar a todas las familias de los reinos del Norte -oráculo del Señor-. Ellos vendrán, y cada uno instalará su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá. (Jeremías 1, 15)

  • ¡Escuchen la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel! (Jeremías 2, 4)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre las familias que no invocan tu Nombre. Porque ellas han devorado a Jacob, lo han devorado, lo han exterminado, y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • En aquel tiempo -oráculo del Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi Pueblo. (Jeremías 31, 1)

  • ¿No ves lo que dice esta gente: "A las dos familias que había elegido, el Señor las ha rechazado"? Así desprecian a mi pueblo, y ya no lo consideran una nación. (Jeremías 33, 24)

  • Sólo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra; por eso les haré rendir cuenta de todas sus iniquidades. (Amós 3, 2)

  • todas las familias restantes, cada una por su lado, y sus mujeres por su lado. (Zacarías 12, 14)

  • Y si alguno de las familias de la tierra no sube a Jerusalén para postrarse delante del Rey, Señor de los ejércitos, no habrá lluvia para ellos. (Zacarías 14, 17)

  • con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. (Hechos 4, 6)

  • A esos es necesario taparles la boca, porque trastornan a familias enteras, enseñando lo que no se debe por una vil ganancia. (Tito 1, 11)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina