Löydetty 677 Tulokset: enemigos de los judíos
Festo, queriendo congraciarse con los judíos, se dirigió a Pablo y le dijo: «¿Quieres subir a Jerusalén para ser juzgado allí en mi presencia?». (Hechos 25, 9)
Pablo respondió: «Estoy delante del tribunal del Emperador, y es aquí donde debo ser juzgado. Yo no hice ningún mal a los judíos, como tú lo sabes perfectamente. (Hechos 25, 10)
Si soy culpable y he cometido algún delito que merezca la muerte, no me niego a morir, pero si las acusaciones que hacen los judíos contra mí carecen de fundamento, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos. Apelo al Emperador». (Hechos 25, 11)
y durante mi estadía en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, presentaron quejas pidiendo su condena. (Hechos 25, 15)
«Rey Agripa, me considero dichoso de tener que defenderme hoy, delante de ti, de las acusaciones que me hacen los judíos, (Hechos 26, 2)
porque tú conoces todas las costumbres y controversias de los judíos. Por eso te ruego que me escuches con paciencia. (Hechos 26, 3)
Todos los judíos saben cómo he vivido desde los primeros días de mi juventud, en medio de mi pueblo y en la misma Jerusalén. (Hechos 26, 4)
la promesa que nuestras doce tribus esperan ver cumplida, sirviendo a Dios fervientemente día y noche. A causa de esta esperanza, rey Agripa, soy acusado por los judíos. (Hechos 26, 7)
Te libraréde los judíos y de las naciones paganas. A ellas te envío (Hechos 26, 17)
Por todo esto, los judíos me detuvieron en el Templo y trataron de matarme. (Hechos 26, 21)
Tres días después convocó a los judíos principales, y cuando se reunieron les dijo: «Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui arrestado en Jerusalén y puesto en manos de los romanos. (Hechos 28, 17)
pero ante la oposición de los judíos, me vi obligado a apelar al Emperador, sin querer por esto acusar en nada a mi pueblo. (Hechos 28, 19)