Löydetty 171 Tulokset: alma abatida
Entonces Ana, con el alma llena de amargura, oró al Señor y lloró desconsoladamente. (I Samuel 1, 10)
y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)
si en el país de los enemigos que los hayan deportado se vuelven hacia ti de todo corazón y con toda el alma, si te suplican en dirección al país que diste a sus padres, a la ciudad que tú has elegido y a la Casa que yo edifiqué para tu Nombre, (I Reyes 8, 48)
Después, de pie sobre el estrado, el rey selló delante del Señor la alianza que obliga a seguir al Señor y a observar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, de todo corazón y con toda el alma, cumpliendo las palabras de esta alianza escritas en aquel libro. Y todo el pueblo se comprometió en la alianza. (II Reyes 23, 3)
Antes de Josías no hubo otro rey como él, que se convirtiera al Señor con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la Ley de Moisés. Y después de él no surgió otro igual. (II Reyes 23, 25)
Dedíquense ahora de todo corazón y con toda su alma a buscar al Señor, su Dios. Prepárense a edificar el Santuario del Señor, su Dios, a fin de trasladar a la Casa que se va edificar para el nombre del Señor el Arca de la Alianza del Señor y los utensilios consagrados a Dios". (I Crónicas 22, 19)
si en el país de los enemigos que los hayan deportado se vuelven hacia ti de todo corazón y con toda el alma, si te suplican en dirección al país que diste a sus padres, a la ciudad que tú has elegido y a la Casa que yo edifiqué para tu Nombre, (II Crónicas 6, 38)
e hicieron un pacto, comprometiéndose a buscar al Señor, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma: (II Crónicas 15, 12)
Después, de pie sobre su estrado, el rey selló delante del Señor la alianza que obliga a seguir al Señor y a observar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, de todo corazón y con toda el alma, poniendo en práctica las palabras de la alianza escritas en aquel libro. (II Crónicas 34, 31)
Con el alma llena de aflicción, suspirando y llorando, comencé a orar y a lamentarme, diciendo: (Tobías 3, 1)
Si vuelven a él de todo corazón y con toda el alma, practicando la verdad en su presencia, él se volverá a ustedes y no les ocultará más su rostro. (Tobías 13, 6)
Yo glorifico a mi Dios, el Rey del cielo, y mi alma proclama gozosamente su grandeza. (Tobías 13, 9)