Löydetty 266 Tulokset: Libro Sagrado

  • "Un hombre, un egipcio, le explicaron ellas, nos libró de los pastores, nos sacó agua, y hasta dio de beber al rebaño". (Exodo 2, 19)

  • Haré de ustedes mi Pueblo y yo seré su Dios. Así tendrán que reconocer que soy yo, el Señor, el que los libró de los trabajos forzados de Egipto. (Exodo 6, 7)

  • Sólo se libró del granizo la región de Gosen, donde habitaban los israelitas. (Exodo 9, 26)

  • y el otro se llamaba Eliezer, porque Moisés había dicho: "El Dios de mi padre es mi ayuda y me libró de la espada del Faraón". (Exodo 18, 4)

  • y exclamó: "Bendito sea el Señor que los libró de las manos de los egipcios y de las manos del Faraón. (Exodo 18, 10)

  • Después tomarás el carnero ofrecido para la investidura y harás cocinar su carne en el recinto sagrado. (Exodo 29, 31)

  • Observarán el sábado, porque es sagrado para ustedes. El que lo profane, será castigado con la muerte. Sí, todo el que haga algún trabajo ese día será excluido de su pueblo. (Exodo 31, 14)

  • ¡Si tú quisieras perdonarlo, a pesar de esto...! Y si no, bórrame por favor del Libro que tú has escrito". (Exodo 32, 32)

  • El Señor le respondió: "Yo borraré de mi Libro al que ha pecado contra mí. (Exodo 32, 33)

  • Así reparará el derecho sagrado contra el que pecó, añadiendo un quinto más, que entregará al sacerdote. Este practicará el rito de expiación en favor de esa persona, con el carnero del sacrificio de reparación, y así será perdonada. (Levítico 5, 16)

  • Aarón y sus hijos comerán el resto. Lo comerán sin levadura, en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro. (Levítico 6, 9)

  • El sacerdote que la ofrezca como sacrificio por el pecado, comerá de ella. Tendrá que ser comida en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro. (Levítico 6, 19)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina