Löydetty 8 Tulokset: tributos
cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían podido exterminar, les impuso trabajos forzados y les hizo pagar tributos, hasta el día de hoy. (1 Reyes 9, 21)
Se encontró muy apurado y decidió ir a Persia a cobrar los tributos de aquellas provincias y reunir mucho dinero. (1 Macabeos 3, 31)
Y desde ahora y para siempre hago a todos los judíos libres de los tributos, del impuesto de la sal y de las coronas. (1 Macabeos 10, 29)
Desde hoy, y para siempre, Jerusalén será Ciudad Santa y libre con todo su territorio, con derecho de percibir diezmos y tributos. (1 Macabeos 10, 31)
Remito, además, las cinco mil monedas de plata que cada año se cobraban de los tributos del Templo, y se las doy a los sacerdotes que están a cargo del culto. Todo aquel que por deudas con los impuestos reales o por cualquier otra deuda, (1 Macabeos 10, 42)
Jonatán pidió al rey que dejara libres de tributos a Judea y a los tres distritos de Samaria, prometiéndole en cambio trescientos talentos. (1 Macabeos 11, 28)
¿Puede acaso un hombre engañar a Dios? Pero ustedes me están engañando. Ustedes dirán: «¿En qué cosa te hemos engañado?» Pues, con los diezmos y tributos sagrados. (Malaquías 3, 8)
Pedro respondió: «Claro que sí». Y se fue a casa. Cuando entraba, se anticipó Jesús y le dijo: «Dame tu parecer, Simón. ¿Quiénes son los que pagan impuestos o tributos a los reyes de la tierra: sus hijos o los que no son de la familia?» (Evangelio según San Mateo 17, 25)