Löydetty 245 Tulokset: filisteos derrotados
De nuevo hubo guerra entre los filisteos e Israel. David con sus servidores bajaron y a atacaron a los filisteos. (2 Samuel 21, 15)
En Gob hubo otra batalla contra los filisteos, en la que Sibekay de Jusa mató a Saf, otro de los descendientes de Rafá. (2 Samuel 21, 18)
Hubo todavía otro combate en Gob contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Jaír de Belén, mató a Goliat de Gat; el mango de su lanza era tan enorme como un palo de telar. (2 Samuel 21, 19)
Después de él, Eleazar, hijo de Dodí, hijo de un ajojita, uno de los tres héroes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos ahí reunidos para pelear. Cuando los israelitas se retiraban, (2 Samuel 23, 9)
él se mantuvo firme y atacó a los filisteos hasta que su mano se cansó y le quedó pegada a la espada. Aquel día Yavé consiguió una gran victoria. Los otros combatientes volvieron al terreno detrás de Eleazar, pero solamente para tomar los despojos. (2 Samuel 23, 10)
Después de él, Sammá, hijo de Elá, el ararita. Los filisteos se habían reunido en Legí: Había allí un campo sembrado de lentejas, y el ejército huía ante los filisteos, (2 Samuel 23, 11)
pero él se puso en medio del campo, lo defendió y derrotó a los filisteos. Yavé obró ahí una gran victoria. (2 Samuel 23, 12)
Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím. (2 Samuel 23, 13)
Entonces los tres héroes penetraron en el campamento de los filisteos, sacaron agua del pozo que está en la puerta de Belén y se la ofrecieron a David. Pero él no quiso beberla, sino que la derramó como ofrenda a Yavé, (2 Samuel 23, 16)
Salomón dominaba todos los reinos desde el río Eufrates hasta el país de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. Todos le pagaban tributo, y le estuvieron sometidos durante su vida. (1 Reyes 4, 21)
Si los israelitas son derrotados por sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelven a ti y confiesan su pecado, rogando y suplicando en esta Casa, (1 Reyes 8, 33)
Basá, hijo de Ajías, de la tribu de Isacar, conspiró contra él y lo mató en Guibetón de los filisteos, cuando Nadab y todo Israel estaban asediando esta ciudad. (1 Reyes 15, 27)