Löydetty 185 Tulokset: conquista del trono
Pero era profeta y Dios le había jurado que uno de sus descendientes se sentaría sobre su trono. Sabiéndolo, (Hecho de los Apóstoles 2, 30)
El cielo es mi trono y la tierra el apoyo de mis pies. ¿Qué casa me podrían edificar?, dice el Señor. ¿Cuál sería el lugar de mi descanso? (Hecho de los Apóstoles 7, 49)
el rebelde que se pone por encima de todo lo que es considerado divino y sagrado, que incluso pondrá su trono en el templo de Dios para mostrar que él es Dios. (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 4)
Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. (1º Carta a Timoteo 6, 12)
Al Hijo, en cambio, se le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siglos y siglos, y tu gobierno es gobierno de justicia. (Carta a los Hebreos 1, 8)
Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Carta a los Hebreos 12, 2)
Juan, a las siete Iglesias de Asia. Reciban gracia y paz de parte de Aquel que Es, que era y que viene, y de parte de los siete espíritus que están ante su trono, (Apocalipsis 1, 4)
Sé dónde vives, y ahí está el trono de Satanás. Pero te aferras firmemente a mi Nombre y no has renegado de tu fe ni siquiera cuando mataron a Antipas, mi fiel testigo, ahí donde vives, en esa tierra de Satanás. (Apocalipsis 2, 13)
Al vencedor lo sentaré junto a mí en mi trono, del mismo modo que yo, después de vencer, me senté junto a mi Padre en su trono. (Apocalipsis 3, 21)
En ese mismo momento me tomó el Espíritu: vi un trono colocado en el cielo, y uno sentado en el trono. (Apocalipsis 4, 2)
El que estaba sentado parecía de jaspe y cornalina, y un arco iris de color esmeralda rodeaba al trono. (Apocalipsis 4, 3)
Veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza. (Apocalipsis 4, 4)